Derrotó 3-1 a Liverpool con dos goles de Bale y uno de Benzema.
El campeón defensor, Real Madrid de España, se aprovechó de un fatídico Liverpool inglés para vencerlo por 3-1 en la final de la Champions League, en Kiev, Ucrania, y celebró así su decimotercera copa de esa liga en la historia.
El arquero alemán Loris Karius fue responsable directo del primer y tercer tanto del Madrid, anotado por el francés Karim Benezema (6m.ST) y el galés Gareth Bale (38m.ST), que además fue autor del segundo con una espectacular chilena (19m.ST).
Liverpool, que había llegado al empate parcial con un tanto del senegalés Sadio Mané (10m.ST), comenzó su debacle a la media hora cuando perdió por lesión a su máxima figura, el egipcio Mohamed Salah.
A días del Mundial de Rusia, el Real Madrid abrochó la tercera Liga de Campeones consecutiva en la era del técnico francés Zinedine Zidane para darle un cierre perfecto a una temporada que lo tuvo con escaso protagonismo en el ámbito local.
La Casa Blanca amplió su reinado continental con trece Orejonas contra las siete del Milan de Italia, su inmediato perseguidor, y hasta se dio el lujo de vengarse de Liverpool por la final perdida en 1981, que justamente fue la última que no pudo ganar en la máxima competencia europea de clubes.
Liverpool impuso condiciones desde el inicio del juego con una eficaz presión sobre los mediocampistas del Real Madrid, quienes mostraban muchas dificultades para conectarse con los delanteros.
Tanto James Milner, Jordan Henderson como el holandés Wiljnaldum cumplieron con creces en la tarea de neutralizar al croata Luka Modric y el alemán Toni Kroos, primeros generadores en el circuito de juego del conjunto español.
Por esa razón, en su afán de progresar en el campo, Real Madrid se vio obligado a saltear el sector medio con envíos largos de sus defensores para que Cristiano Ronaldo o Karim Benzema explotaran su potencia y velocidad frente a la última línea del conjunto inglés.
Al ganar esa puja en el sector medio, Liverpool quedaba mejor parado que su rival y ello se tradujo en un dominio que, sin llegar a ser abrumador, fue claramente perceptible sobre el campo de juego del Olímpico de Kiev.
La fractura del Madrid se evidenció con el hecho de que Cristiano hiciera su primera participación en el partido recién a los 15 minutos cuando encontró espacios sobre el lateral izquierdo del escocés Mathew Robertson y ensayó una frenética corrida que terminó con un remate alto, por encima del travesaño.
Liverpool elaboró la mejor jugada del primer tiempo a los 23 minutos y estuvo cerca de marcar dos veces en la misma acción. Tras una buena combinación por el sector izquierdo del ataque, el brasileño Roberto Firmino tuvo el gol con una media vuelta en el área que bloqueó Sergio Ramos y en el rebote el arquero Keylor Navas mostró una admirable reacción para contener un disparo a la carrera de Tren Alexander-Arnold.
Pocos minutos después ocurrió una jugada que fue bisagra en el juego. Liverpool perdió a Salah por una lesión en el hombro izquierdo, provocada en un forcejeo con Sergio Ramos, quien claramente le trabó el brazo derecho y lo condicionó a una mala caída.
El egipcio advirtió de inmediato que algo malo le había sucedido, quiso seguir en el partido pero unos minutos después dejó el campo de juego con un llanto desconsolado. ¿Llegará al Mundial de Rusia?
Esa situación bloqueó mentalmente al equipo inglés y favoreció el crecimiento del Madrid, que minutos después tuvo que reemplazar a su lateral derecho Dani Carbajal, presuntamente también con una lesión seria.
Antes del descanso, los dirigidos por Zinedine Zidane llevaron el desarrollo del partido al campo adversario y Benzema marcó un tanto que fue invalidado por posición adelantada.
La nueva tendencia se confirmó al comenzar el segundo tiempo acaso con uno de los errores más flagrantes en la historia de las finales de la Champions. El arquero Loris Karius tenía la pelota en sus manos dentro del área, quiso hacer un saco de arco con un movimiento de bowling y no midió bien la cercanía de Benzema, que interceptó el lanzamiento con su pie y mandó la pelota dentro del arco ante el asombro de todo el estadio.
Para la tranquilidad del alemán, su equipo llegó al empate enseguida mediante un córner desde la derecha. El serbio Dejan Lovren le ganó en el salto a Sergio Ramos y Mané desvió el balón antes que pudiera atraparlo Keylor.
Sin embargo, Real Madrid era ya a esa altura un equipo bien relacionado con la pelota y Liverpool no tenía la misma intensidad al momento de disputarla.
Por eso no sorprendió que los españoles recuperaran rápidamente la ventaja, aunque sí sorprendió la manera. Es que el galés Bale, tres minutos después de su ingreso a la cancha, ensayó una chilena dentro del área, sorprendió a Karius y se transformó en el inesperado héroe de la final.
Desde entonces, el partido se abrió porque Liverpool se jugó el resto en busca del empate y Real no quiso nada de especulaciones. Mané tuvo la igualdad con un disparo en el palo y Cristiano pudo anotar el tercero de no mediar un cruce salvador Robertson.
La definición llegó con otro increíble error de Karius para confirmar la peor noche deportiva de su vida. Bale sacó un zurdazo desde afuera del área que llevaba complicaciones mayores y la pelota tomó contacto con la red después de hacer escala en las manos blandas del arquero.
Demasiadas ventajas dio Liverpool en su intento de destronar al multicampeón español, que una vez más, y de la mano de “Zizou”, alzó el trofeo más codiciado de Europa.